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Albert Chillón, Lluís Duch
Sociedad mediática y totalismo. Antropología de la comunicación Vol. 2
Herder

Páginas: 312
Formato: 2x14.5x21.5
Peso: 0.42 kgs.
ISBN: 9788425431012

Este segundo volumen de Antropología de la comunicación trata del concepto de totalismo y explora el camino que va tomando la sociedad mediática, en alas de la tecnología digital y de sus espejismos. A diferencia del totalitarismo clásico, que recurría a la coerción policial y militar, el totalismo constituye el omniabarcante y a la vez sutil dispositivo de hegemonía del neocapitalismo globalizado. Se distingue por absorber la vida pública, privada e incluso íntima, así como cualquier forma de disidencia, crítica o alteridad; porque la realidad social y simbólica que genera banaliza e iguala las distinciones y sacralidades, las éticas y estéticas, las tradiciones y culturas; por haber hecho del consumismo desaforado, del espectáculo incesante y de la tecnolatría genuinos cultos de sustitución de los viejos dioses e ídolos; por haber enajenado al sujeto humano y puesto en jaque el medio ambiente natural; y, en fin, porque quienes detentan el auténtico poder, se valen de un sofisticado y cada vez más ubicuo complejo cibermediático.

Sociedad mediática y totalismo. Antropología de la comunicación Vol. 2 - Lluís Duch

$14.390
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Sociedad mediática y totalismo. Antropología de la comunicación Vol. 2
Herder

Páginas: 312
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ISBN: 9788425431012

Este segundo volumen de Antropología de la comunicación trata del concepto de totalismo y explora el camino que va tomando la sociedad mediática, en alas de la tecnología digital y de sus espejismos. A diferencia del totalitarismo clásico, que recurría a la coerción policial y militar, el totalismo constituye el omniabarcante y a la vez sutil dispositivo de hegemonía del neocapitalismo globalizado. Se distingue por absorber la vida pública, privada e incluso íntima, así como cualquier forma de disidencia, crítica o alteridad; porque la realidad social y simbólica que genera banaliza e iguala las distinciones y sacralidades, las éticas y estéticas, las tradiciones y culturas; por haber hecho del consumismo desaforado, del espectáculo incesante y de la tecnolatría genuinos cultos de sustitución de los viejos dioses e ídolos; por haber enajenado al sujeto humano y puesto en jaque el medio ambiente natural; y, en fin, porque quienes detentan el auténtico poder, se valen de un sofisticado y cada vez más ubicuo complejo cibermediático.